martes, 27 de noviembre de 2007

DEPORTES; LAS BARRAS, UN FENOMENO EN CRECIMIENTO:


El fútbol es el único deporte capaz de provocar todo tipo de manifestaciones alrededor del mundo, de convocar a una masa de creyentes que rinden culto a sus ídolos como en los antiguos coliseos. Ahí se ven reflejadas las ilusiones y los desencantos.


El origen de las barras vienen del fenómeno ingles el famoso “hoolligan” esto surge en 1960 la función de estos aficionados denominados Hoolligans, su función consistía en ser el jugador numero 12, no solo alentando a su equipo desde la tribuna, si no ofreciendo un servicio psicológico sobre el rival, apretándolo, intimidándolo, con su apoyo las dirigencias de los equipos pretendían hacer valer a tope su condición de local pero pronto las barras se salieron de control significándose por frecuentes desordenes dentro y fuera de los estadios de fútbol.


El perfil psicológico de los barras brava, revela individuos con afición al peligro, el ensayista Austriaco Elías Caneti advierte empero, que si los sujetos buscan peligro, no es tanto por el atractivo de este sino porque en la aventura hay otros que sucumben.

Investigadores de la Universidad de Leicester identificaron que la conducta violenta de los Hoolligans esta relacionada con normas de masculinidad predominantes en los estados sociales mas bajos, estas normas hacen gala de la rudeza y de la habilidad para pelear al grado de que para algunos grupos implicados en la afición violenta y desmesurada al fútbol, resulta mas interesante entre si para presenciar el partido.


Los aficionados que pelean desarrollan en su barra fuertes sentimientos de orgullo y de pertenencia, que tienen sus raíces en las clases bajas de las que provienen y en las que se agudizándolos problemas socioeconómicos que generan altos índices de vandalismo, esto significa que no hay barras de estratos medios e incluso altos, a quienes resulta atractivo el agresivo estilo masculino que suelen campear en las zonas marginadas.


Este estilo hace que el conflicto y la rivalidad se vuelvan inevitables entre grupos definidos como extraños de suerte que cada vez que se topan miembros de estos grupos, se desemboca con facilidad pleito. El psicoanalista Ulises Valdez del circulo Psicoanalítico Mexicano, equipara este comportamiento al del pez beta cuando se le coloca frente a un espejo instintivamente se dispone a atacar a ese otro tan igual así mismo.

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