martes, 23 de marzo de 2010

¡Oh, my God! (Telenovela e Internet)


Darwin FrancoMigues

Ésta es una de las frases que más popularizó la telenovela “Atrévete a soñar” (Televisa), basada en el guión argentino “Patito feo”. Esta producción, que terminó hace una semana, instauró y potencializó nuevas formas de interacción con el público infantil-juvenil (de ocho a 19 años), a tal punto que muchos de ellos decidieron que era el Internet y no la televisión el lugar donde verían la telenovela.La historia de “Patito”, nombre de la protagonista, tuvo un promedio de 16.2 puntos de rating (OBITEL-México), lo que le alcanzó para colocarse como la sexta telenovela más vista durante 2009; sin embargo, su verdadero éxito lo tuvo en Internet al alcanzar la exorbitante cifra de 250 millones de visitas, un promedio superior a las 68 mil visitas diarias. La telenovela en su año de duración contó con 261 capítulos.
Dentro del portal tvolucion.com, que Televisa lanzó en marzo de 2009, es posible ver todos los capítulos de las telenovelas que ésta ha estrenado desde el año 2008; esta nueva plataforma mediática ha propiciado que el lugar tradicional para ver las telenovelas mude de la televisión a la computadora siendo los niños y jóvenes quienes -aparentemente- han encabezado la migración de la recepción televisiva.Las nuevas tecnologías de la comunicación no han exterminado a los viejos medios (televisión, radio, prensa) ni tampoco los han desplazado como algunos investigadores de la comunicación han profetizado; al contrario, han permitido su mutación y convergencia no sólo en el plano tecnológico sino también en el cultural; de tal forma, que es en la unión entre viejos y nuevos medios donde se constituyen hoy en día muchos de los rasgos que caracterizan a las sociedades actuales.Bajo esa perspectiva, la televisión no ha muerto ni morirá porque está empleando estrategias tecnológico-mercantiles para trasladar su dominio socio-cultural a otras plataformas en donde ya no sólo tendrá audiencia o telespectadores sino “usuarios” con quienes tendrá que lidiar, pues a diferencia de la televisión, Internet -y portales como tvolucion.com- ofrece canales y foros de discusión en donde, casi en tiempo real, los usuarios aprueban o descalifican los contenidos.“Atrévete a soñar”, entonces, no sólo concentró parte importante del público que escapó de las pantallas televisivas sino que, además, les permitió a éstos manifestar sus gustos, fobias o desencuentros con la televisora, la telenovela, los personajes, los actores, la historia o, igualmente, con los comentarios de algún otro usuario; cada uno de los 261 capítulos de la telenovela tuvo alrededor de 150 comentarios.
La cifra puede ser irrelevante en comparación con el número de personas que entran a Internet para ver el capítulo que se perdieron o que quisieron volver a ver; pero marca una tendencia de que las audiencias televisivas, principalmente jóvenes, cada día van y vienen de las pantallas (televisión, computadoras, celulares, Ipod, etc.) no sólo como meros espectadores sino como sujetos capaces de opinar a favor o en contra de lo que ven.
“Atrévete a soñar” enseñó a Televisa que el camino para la captación de la audiencia infantil-juvenil está en en-red-arlos en los canales mediáticos donde ellos cotidianamente se mueven y trasladar ahí las prácticas culturales con las que la televisión nos ha eclipsado durante tantos años; con el gran riesgo de que los nuevos “usuarios” no sólo pueden ser más volátiles sino también cada día más escépticos y críticos.

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